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San Agustín

que cité arriba del mismo Profeta (1): «la tierra de los impíos caerá». ¿Y quién no ve que de caer se derivó la palabra cadáver? Y que aquellos intérpretes hablaron de varones en lugar de hombres, está claro, aunque nadie dirá que no ha de haber en aquel tormento mujeres prevaricadoras; sino que de lo más principal, mayormento de aquel de quien fué formada la mujer, se entiende uno y otro sexo. l'ero lo que con más particularidad hace al intento, es cuando igualmente de los buenos se dice: «Vendrá toda carne, porque de todo género de hombres constará este pueblo», mediante á que no han de estar allí todos los hombres, supuesto que los más se hallarán en las penas. Mas según principié á decir, cuando el Profeta habla de la carne se refiere á los buenos, y cuando habla de los miembros é cuerpos muertos alude á los malos. Sin duda después de la resurreción de la carne, cuya fe se establece con estos y semejantes vocablos, lo que apartará á los buenos de los maJos llevando a cada uno á sus respectivos fines, declara que es el juicio futuro.



CAPÍTULO XXII

Cómo debe entenderse la salida de los Santos á ver las penas de los malos.


Pero ¿cómo saldrán los buenos á ver las penas de los malos? (2) ¿Acaso con el movimiento del cuerpo dejarán aquellas estancias y moradas bienaventuradas, é irán á los lugares de las penas y tormentos? Ni por pena.miento, sino que saldrán por ciencia (3), porque en este (1) Leaias, cap. XVI, v. 19.

(2) Isaias, cap. LXVI, v. 24.

(3) San Mateo, cap. VIII, v. 9.