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San Agustín

CAPÍTULO III

Qué es lo que dijo Salomón en el libro del Eclesiastes de las cosas que son comunes en esta vida á los buenos y á los malos.


En efecto; Salomón, aquel sapientísimo rey de Israel que reinó en Jerusalén, así comenzó el libro que se intitula el Eclesiastes, y es uno de los que tienen los judíos comprendidos en el Canon de los libros sagrados (1): «Vanidad de vanidades, y todo vanidad. ¿Qué cosa importante saca el hombre de todo el trabajo que emplea debajo del Sol?» Y enlazando con esta sentencia todo lo demás que allí dice, refiriendo las penalidades y errores de esta vida, y cómo corre y pasa en el interin el tiempo, donde no se posea cosa que sea sólida, nada que sea estable entre aquella vanidad de las cosas criadas debajo del Sol, se queja también en cierto modo de que (2) «haciendo tanta ventaja la sabiduría á la ignorancia, cuanta la hace la luz á las tinieblas, y siendo el sabio perspicaz y prudente, y el necio é ignorante ande á obscuras y á ciegas, con todo, todos corran una misma fortuna en esta vida que se pasa debajo del Sol», significándonos, en efecto, que los males que vemos son comunes á los buenos y á los malos. Dice también de los buenos que padecen calamidades como si fueran malos, y que éstos, como si fueran buenos, gozan de los bienes, con estas palabras (3): «Hay otra vanidad, dice, de ordinario en la tierra: que hay algunos justos á quienes sucede como si hubieran vivido (1) Ecclesiast., cap. I..

(2) (8) Ecclesiast., cap. II, v. 18.

Ecclesiast., oap. VIII.