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La ciudad de Dios

Porque la condición de la servidumbre por derecho positivo se entiende que se impuso al pecador, y por eso no vemos se haga mención del nombre de siervo en la Escritura, hasta que el justo Noé castigó con él el horrible pecado de su hijo. Así que este nombre tuvo su origen en la culpa, ella le mereció y no la naturaleza. Y aunque la etimología del nombre siervo ó esclavo en latín se entiende que se derivó de que á los que podian matar conforme á la ley de guerra, cuando los vencedores los reservaban ó conservaban, los hacían siervos quedando en su poder, por cuanto habían conservado sus vidas, sin embargo, tampoco esta diligencia es sin mérito del pecado. Pues aun cuando se baga la guerra justa, por el pecado pelea la parte contraria; y no hay victoria, aun cuando sucede á veces que la alcancen los malos, que por disposición y providencia divina no humille á los vencidos ó çorrigiendo ó castigando sus pecados. Testigo es de esta verdad el siervo de Dios Daniel, cuando en el cautiverio confiesa á Dios sus pecados y los pecados de su pueblo, y protesta con un santo y verdadero dolor, que esta es la causa de aquel cautiverio. Así, pues, la primera causa de la servidumbre es el pecado, y de que se sujetase el hombre á otro hombre con el vínculo de la tradición servil, lo cual no sucede sin especial providencia y justo juicio de Dios, en quien no hay injusticia y no sabe repartir diferentes penas á los méritos de las culpas. Y, según dice el soberano Señor de nuestras almas: «que cualquiera que peca es siervo del pecado», así también muchos que son piadosos y religiosos sirven á señores inicuos, pero no libres; porque todo vencido es esclavo de su vencedor». Y sin duda con mejor condición servimos á los hombres que á los apetitos, pues advertimos cuán tiránicamente destruye los corazones de los mortales, por no decir de otros, el mismo apetito de dominar. Y