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San Agustín

$2 SAN AGUSTIN é inocente, á quien primero dió tormento por no matarle inocente. Porque si este tal, conforme á la sabiduría é inteligencia de los filósofos, escogiere huir antes de esta vida que sufrir tales tormentos, confesará que cometió lo que no cometió. Condenado éste y muerto, aun no sabe el juez si quitó la vida culpado ó inocente á quien, por no matarle por ignorancia siendo inocente, había atormentado, y si dió tormento por descubrir la verdad á uno incólume del delito, y no sabiéndola, le dió la muerte. En semejantes densas tinieblas como estas de la vida política, pregunto: ¿se sentará en los estrados por juez un hombre sabio, ó no se sentará? Seguramente se sentará, porque le obliga á ello y le trae compelido á este ministerio la política humana, y el desampararla lo tiene por acción impía y detestable. Y no tiene por acción abominable que en causas ajenas atormenten á los testigos inocentes, yque á los que son acusados por la mayor parte, siendo vencidos por la fuerza del dolor, y confesando lo que no han hecho, los castigan también inocentes y sin culpa, habiéndolos ya atormentado primero siendo inculpables, y que cuando no los condenen—á muerte, por lo general, ó mueren en los mismos tormentos, ó vienen á morir de resultas de ellos. ¿Acaso no se observa que algunas veces, aun á los mismos que acusan, deseosos seguramente de hacer bien á la política humana, porque las culpas no queden sin el debido castigo, y porque mintieron los testigos, y el reo se conservó váleroso en los tormentos, é inconfeso, no pudiendo probar los delitos que le acumularon, aunque se los imputaron con verdad, el juez que ignora esta circunstancia los condena? Tantos y tan grandes males como éstos no los tiene por pecados, por cuanto no lo hace el juez sabio con voluntad de hacer daño, sino por la necesidad fatal de no saber la verdad, y porque le impulsa