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La ciudad de Dios

asimismo á su hijo, nieto de Abraham, que primero se llamó Jacob, y después Israel, reinando ya Beloc, noveno rey en Asiria, y Phoroneo, hijo de Inacho, segundo rey en Argos, y reinando todavía en Sicionia Leucipo. En esta era, reinando en Argos el rey Phoron eo, principió la Grecia á ilustrarse más con algunos sabios estatutos promulgados en varias pragmáticas y leyes. Con todo, habiendo muerto Phegoo, hermano menor de Phoroneo, le erigieron un templo donde yacía su cadáver y sepulero, para que le adorasen como á dios y le sacrificasen bueyes. Creo que le contemplaron digno de tan singular honor, porque en la parte que le cupo del reino (mediante á que su padre le repartió igualmente entre los dos, señalando á cada uno el país donde debía reinar, viviendo aún) edificó oratorios ó templos para servir y adorar á los dioses, enseñando también las observaciones de los tiempos por meses y años, y manifestando cómo los habían de distribuir y contar. Admirando en él los hombres (que aun eran muy idiotas) estas cosas nuevas, creyeron ó quisieron que después de muerto al punto fuese hecho dios: porque del mismo modo dicen, que Io, hija de Inacho, llamándose después Isis, fué adorada y venerada como grande diosa en Egipto, aunque otros escriben que de Etiopia vino á reinar á Egipto, y porque gobernó por muchos años y con justicia, y les enseñó muchas artes y ciencias, luego que falleció la tributaron el honor de tenerla por diosa, siendo esta honra tan particular, que impusieron la pena capital á quien se atreviese á proferir que había sido criatura humana.