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San Agustín

poderosa, que es la paciencia. Si esto pudo hacerse sin arte alguna mágica, ¿por qué dudan que la virtud divina, que así lo dispuso, pudo hacer lo mismo en todo el mundo? Y si para que en Jerusalén acudiese asi al culto y reverencia del nombre de Cristo tanta multitud de gentes que le habían crucificado, ó después de crucificado le habían escarnecido, había ya hecho Pedro aquella hechicería. Averigüemos desde este año á ver cuándo se cumplieron los 365. Murió Cristo en el consulado de los dos Géminos, á 25 de Marzo; resucitó al tercero día, como lo vieron y tocaron los Apóstoles con sus propios sentidos. Después, pasados cuarenta días, subió á los cielos, y á los diez siguientes, esto es, cincuenta días después de su Resurrección, envió el Espíritu Santo. Entonces, por la predicación de los Após: toles, creyeron en Dios tres mil personas. Así, pues, en aquella época comenzó el culto y reverencia de su nombre, según nosotros lo creemos, y es la verdad, por la virtud del Espíritu Santo; y según lo fingió ó pensó la impía vanidad por las artes mágicas de Pedro. Poco después también, por un insigne milagro, cuando á una palabra del mismo Pedro, un pobre mendigo que estaba tan cojo y tullido desde su nacimiento, que otros le llevaban y le ponían á la puerta del templo para que pidiese limosna, se levantó sano en nombre de Jesucristo; creyeron en él cinco mil hombres, y acudiendo después otros y otros á la misma fe, fué creciendo la Iglesia. De esta manera también se colige el día en que comenzó el año, es á saber: cuando fué enviado el Espíritu Santo, esto es, á 15 de Mayo. Ahora bien: contando los cónsules se ve que los 365 años se cumplieron el 15 de Mayo, en el consulado de Honorio y Eutiquiano. Y así el año siguiente, siendo cónsul Manlio Teodoro, cuando según aquel oráculo de los demonios, ó ficción de los hombres, no había de haber más reli-