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La ciudad de Dios

griegos tenemos mucha más noticia que de las de los asirios, y los que anduvieron rastreando la antigüedad y origen del pueblo romano vinieron, según el orden de los tiempos, de los griegos á los latinos, y de éstos los romanos, que también son latinos, debemos, donde fuere necesario, hacer relación de los reyes de Asiria, para que veamos cómo camina la ciudad de Babilonia como una primera Roma con la Ciudad de Dios, peregrina en este mundo. Pero los asuntos que hubiéremos de insertar en esta obra, para comparar entre si ambas Ciudades, es á saber, la terrena y la celestial, los iremos tomando mejor de los griegos y latinos, entre los cuales se halla la misma Roma como otra segunda Babilonia.

Cuando nació Abraham reinaba entre los Asírios Nino, y entre los Sicionios Europa, que fueron sus segundos reyes, por cuanto los primeros fueron allá Belo y aquí Egialeo; y cuando prometió Dios á Abraham, habiendo ya salido de Babilonia, que de él nacería una numerosa nación, y que en su descendencia había de recaer la bendición de todas las gentes, los Asirios tenían su cuarto rey y los Sicionios el quinto: ; pues en Babilonia reinaba el hijo de Nino, después de su madre Semíramis, á quien dicen que quitó la vida por haberse atrevido á cometer incesto con él. Ésta creen algunos que fundó á Babilonia, y lo más probable es que la restaurase; pues cuándo y cómo fué su fundación, ya lo referimos en el libro VI. A este hijo de Nino y de Semiramis, que sucedió á su madre en el reino, algunos le llaman también Nino, y otros Ninias, derivando su nombre del de su padre. En este tiempo reinaba entre los Sicionios Telxión, y en su reinado fueron tan apacibles y lisonjeros los tiempos, que después de muerto le adoraron como á Dios, ofreciéndole sacrificios y celebrando en su honor y memoria juegos