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San Agustín

teria: en atención á que en la presente obra no he tomado de mi cargo el refutar todas las opiniones vanas é infundadas que se hallan de todos los filósofos, sino solamente las que pertenecen á la teologia, con cuya expresión griega sabemos se significa la razón, palabras, discurso ó idea que se tiene de Dios, y éstas no las de todos, sino únicamente las de aquellos que, aunque conceden que hay Dios, y que cuida y vigila sobre las cosas humanas, con todo, imaginan que no es suficiente el culto y religión de un sólo Dios inmutable para conseguir la vida, que aun después de la muerte es bienaventurada, sino qué á este efecto aquel que es uno, crio é instituyó muchos para que los adorásemos. Estos ya trascienden se dejan muy atrás la opinión de Varrón aproximándose á la verdad: porque él sólo pudo extenderse con toda la teología natural, hasta llegar á este mundo ó á su alma, pero éstas sobre toda la naturaleza del alma confiesan que hay Dios, que hizo no sólo este mundo visible, que ordinariamente se comprende bajo el nombre de cielo y tierra, sino también todas cuantas almas hay, y que á la racional é intelectual, cual es el alma del hombre, con la participación y comunicación de su luz inmutable é incorpórea, la hace bienaventurada y dichosa; y ninguno que haya leido este punto con alguna reflexión ignora que estos filósofos son los que llamamos platónicos, derivando su nombre del de su maestro Platón.



CAPÍTULO II

De dos géneros de filósofos, esto es, del itálico y jónico, y de sus autores.


De Platón brevemente tocaré lo que me pareciese necesario para la presente cuestión, refiriendo primero los