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San Agustín

aunque este mismo Dios, así como está donde quiera, todo, sin estar encerrado en ningún lugar, ni atado ó ceñido á una sola cosa, sin ser divisible en partes, y de ninguna parte mudable, llenando el cielo y la tierra con su presente omnipotencia, sin estar ausente su naturaleza, así también administra todo lo que crió con tan particular sabiduría, que á cada cosa la deja ejercer libremente y ejecutar sus acciones propias: porque aun cuando no puede haber cosa alguna sin él, no obstante, ninguna es lo que él. Hace también muchas cosas por medio de los ángeles; pero si no es consigo propio, no beatifica á los ángeles: por lo mismo, aunque por algunas causas ocultas envía ángeles á los hombres, con todo, no beatifica á los hombres con los ángeles, sino consigo propio como á los ángeles. De este solo y verdadero Dios esperamos nosotros la vida eterna, CAPÍTULO XXXI De qué beneficios de Dios gozan propiamente los que siguen la verdad, fuera de los que a todos generalmente comunica la Divina Liberalidad, Por cuanto nosotros, además de estos beneficios comunes, que por medio de esta recta administración y gobierno del mundo (del cual ya hemos dicho algunas particularidades) distribuye este gran Dios á los buenos y a los malos, tenemos de su Divina majestad un indicio seguro y propio de los justos, del grande amor que nos profesa: aunque no podamos darle las debidas gracias por el ser que tenemos, de que vivimos, de que vemos el cielo y la tierra, de que tenemos entendimiento y razón, con que podemos buscar y sacar de rastro á