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San Agustín

la que se traga lo que había engendrado, cuando las semillas, que habían nacido de ella, vuelven otra vez á Bu seno. Sobre lo que añaden que porque Júpiter tomó y se comió un terrón, ¿que importa esta necedad para lo que insinúan que los hombres con sus manos cubrieron la semilla con el terrón de la tierra? ¿Acaso no se lo tragó, como lo demás, porque se cubrió con el terrón de la tierra? Esto se dice y suena del mismo modo que si el que opuso el terrón quitara y escondiera la semilla, así como refieren que ofreciendo á Saturno el terrón, le quitaron de delante á Júpiter, y no como si cubriendo la semilla con el terrón, no hiciera que se le tragase mucho mejor. Y más que entendido así, la semilla es Júpiter, y no causa de la semilla, como poco antes indicamos; ¿pero qué han de hacer unos hombres que, como interpretan necedades, no hallan qué poder decir con discreción? «Tiene una hoz, dice, que alude á la agriculturas: y á la verdad, cuando él reinaba aún no se conocía la agricultura; y por eso añaden que fueron sus tiempos los primeros, según que él mismo interpreta las fábulas y patrañas, porque los primeros hombres se sustentaban y vivian de las semillas que voluntariamente producía la tierra. ¿Por ventura tomó la hoz luego que perdió el cetro, para que después de haber reinado en los primeros tiempos con descanso, reinando su hijo, se diese á la labranza y al trabajo? «Después, dice que por esta causa algunos le solían ofrecer en holocausto niños como los cartagineses, y otras personas mayores como los galos, porque la mejor de las semillas es el género humano». De esta cruel superstición ¿para qué hemos de hablar más? Antes, sí, debemos advertir y tener por indudable que todas estas interpretaciones no se refieren al verdadero Dios (que es una naturaleza viva, incorpórea é inmutable, á quién debe pedirse sinceramente la vida bienaventurada, que