Página:La ciudad de Dios - Tomo II.pdf/29

Esta página no ha sido corregida
27
La ciudad de Dios

que el uno de ellos веa Júpiter, que es el rey y monarca de todos, y que esto no lo haga siquiera con su esposa, sino con una deidad humilde y desconocida como es Rumina y el propio Rumino; Rumino, acaso por los machos que maman, y Rumina por las hembras? Como diría yo que no quisieron poner nombre de mujer á Júpiter, si en aquellos versos no le llamaran asimismo progenitor y progenitora, y entre otros nombres suyos no leyera que también se llama Pecunia, á cuya diosa hallamos entre aquellos oficiales munuscularios, como lo dijimos en el libro IV; pero ya que la Pecunia la tienen los varones y las hembras, véanlo ellos por qué no se llamó igualmente Pecunia y Pecunio, como Rumina y Rumino.



CAPÍTULO XII

Que también Júpiter se llama Pecunia.


¡Y con cuánto donaire y gracejo dieron razón de este nombre! «Llamábase también, dicen, Pecunia, porque todas las cosas son ó dependen de la Pecunia.» ¡Oh qué plausible razón de nombre del dios! Antes aquel cuyas son todas las cosas es envilecido é injuriado siempre que se le llama pecunia ó dinero: porque, respecto de todo cuanto hay en el cielo y en la tierra, ¿qué es el dinero en general con respecto á cuanto posee el hombrecon nombre de dinero? Pero, en efecto, la codicia puso á Júpíter este nombre, para que el que ama el dinero le parezca que ama, no á cualquiera Dios, sino al mismo rey y monarca de todos: mas fuera otra cosa muy diferente si se llamara riquezas, porque una cosa es riquezas y otra el dinero; porque llamamos ricos á los sa•