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San Agustín

con haber abrogado al mismo Señor al tiempo de predicar y promulgar la ley Evangélica, todos los sacrifleios y ritos de la Mosaica. Luego si algunos ángeles desean para sí los sacrificios, deben ser antepuestos los que los desean no para sí, sino para Dios, Criador de todas las cosas, á quien sirven fielmente: porque con este modo de operar nos manifestan el amor sincero que nos profesan, supuesto que con el sacrificio intentan sujetarnos, no á si mismos, sino á aquel gran Dios con cuya vista son bienaventurados y eternamente felices. Pretenden asimismo que nos acerquemos á conseguir aquel sumo bien, de cuyo amor y obediencia jamás se apartaron: y si los ángeles que quieren que se ofrezcan sacrificios, no á uno, sino á muchos, quieren que se sacrifique, no á sí, sino á muchos dioses, cuyos ángeles son ellos mismos; aun de este modo se les deqen preferir aquellos que son ángeles de un solo Dios verdadero, Dios de todos los dioses, á quien ordenan que se tribute adoración y sacrificios; de manera que prohiben expresamente el sacrificar á otro alguno, y ninguno de ellos veda el sacrificar á este gran Dios á quien mandan éstos que se ofrezcan sacrificios: y según lo da á entender y demuestra, aus altivos y arrogantes engaños ni son buenos, ni ángeles de dioses buenos, sino demonios malos que intentan que sacrifiquemos, no á un sólo y sumo Dios, sino á ellos propios: ¿qué mayor favor y amparo debemos procurar contra ellos que el de un solo Dios á quien sirven los ángeles buenos, los cuales ordenan que sirvamos con el sacrificio, no á ellos, sino á aquel cuyo sacrificio debemos ser nosotros propios?