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La ciudad de Dios

mino? Porque con respecto á los principios y fines, cuentan que dedicaron á estos dioses—dos meses (además de los diez que empiezan desde Marzo hasta Diciembre), Januario ó Enero á Jano, y Febrero á Término: y por lo mismo dicen que en el mismo mes de Febrero se celebran las flestas terminales, en las que practican la ceremonia de la purificación que llaman Februp, de que la misma deidad tomó su apellido; pero pregunto: ¿cómo los principios de las cosas naturales pertenecen acaso al mundo, que es Jano, y no le pertenecen los fines, de suerte que sea necesario acomodar y proveer á los fines de otro dios? ¿Acaso todas las cosas que insinúan se hacen en este mundo no confiesan también que se terminan en este mismo mundo? ¿Qué impertinencia es esta, por lo que hace al oficio y operaciones suyas darle la mitad de la potestad, y por lo que reapecta al simulacro doblarle las caras? ¿Por ventura no interpretaran con más propiedad á este dios de dos caras, si dijeran que Jano y Término eran una misma deidad, y acomodaran la una cara ó faz á los principios y á los fines la otra, pues el que opera y hace alguna cosa debe atender á lo uno 'y á lo otro; porque siempre que uno se mueve á producir cualquiera acción que sea, si no mira al principio tampoco mirará ó atenderá al fin?

Y así es necesario que la memoria, cuando se pone á recordar alguna especie, tenga juntamente consigo la intención de mirar y atender al fin; porque al que se le olvidare lo que comenzó, ¿cómo ha de poder concluirlo?

Y si entendieran que la vida bienaventurada principiaba en este mundo y que acababa fuera de él, y por lo mismo atribuyeran á Jano, esto es, al mundo, la potestad sola de los principios, sin duda que prefirieran y pusieran antes de él á Término, y á éste no le excluyeran del número de los dioses escogidos, aunque ahora, cuando consideran igualmente en estos dioses los prin-