Página:La ciudad de Dios - Tomo II.pdf/16

Esta página no ha sido corregida
14
San Agustín

frir injurias que para obtener honores: porque su misma vileza tejió y formó aquella ínfima turba á efecto de no cubrirse de oprobios. Nosotros nos mofamos seguramente cuando los vemos distribuídos (repartidos entre sí sus respectivos encargos con las ficciones de las opiniones humanas) como arrendadores de alcabalas, ó como artífices de las obras de plata, donde para que salga perfecto un pequeño vaso pasa por las manos de muchos artifices, cuando podría perfeccionarse por un oficial instruído en su arte; aunque no se opinó contrariamente resolviendo, debía consultarse á la multitud de los oficiales artífices, pues se deliberó así para que cada uno de ellos aprendiese breve y fácilmente cada una de las partes de su oficio, y todos ellos no fuesen obligados á perfeccionarse tardamente y con diflcultad en una arte solá; con todo eso, apenas se halla uno de los dioses no selectos, que por algún crimen abominable no traiga un infame origen y fama; y apenas ninguno de los elegidos que no tuviese sobre su honor una singular nota de alguna insigne afrenta: éstos descendieron á los humildes ministerios de éstos, y aquéllos no llegaron á perpetrar los detestables y públicos crímenes de aquéllos. De Jano no me ocurre fácilmente acción alguna que pertenezca á su deshonor é infamia; y acaso fué tal, que observó una vida inocente, absteniéndose de los delitos y pecados obscenos que á los demás. se acumulan: recibió, pues, con benignidad y cariño á Saturno cuando andaba huído vagueando por todas partes: partió con su huesped el reino, edificando y fundando cada uno de éstos una ciudad, Jano é Janículo, y Saturno á Saturnia; pero los que el culto de los dioses apetecen todo desdoro á aquel cuya vida hallaron menos torpe, deshonraron su simulacro con una monstruosa deformidad, pintándole ya con dos caras, ya con cuatro como, gemelo; ¿por ventura quisieron que