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San Agustín

peler todas las gimientes, y por lo mismo presiden igualmente á los objetos que pertenecen á la generación humana, y que Juno le tiene sobre todo cuando se debe purgar y parir; por cuyo motivo acude á las purgaciones de las mujeres y á los partos de las criaturas. Pregunten á estos ilusos qué nos responden de Vitumno y Sentino, si les parece que también ellos ejercen una potestad independiente, relativa á todo lo que vive y siente. Y si así lo conceden, adviertan con cuánta más razón deben ensalzarlos sobre todos, por cuanto es propio de las simientes nacer en la tierra y de la tierra; pero el vivir y sentir, según ellos, lo hacen también los dioses en el cielo: y si dijesen que á Vitumno y Sentino se les atribuyen sólo aquellos entes que toman vida en carne, le sirven y apoyan con los sentidos, ¿por qué razón, pregunto, aquel dios que hace que todas las cosas vivan y sientan, no da también vida y sentido á la carne, haciendo con una operación universal este beneficio á los partos? ¿Y qué necesidad hay en tal caso de Vitumno y Sentino? Y si aquel que generalmente preside sobre la vida y el sentido encomendó y encargó estos ministerios carnales, como humildes y despreciables, á éstos como á ministros y criados suyos, ¿tan faltos estaban los escogidos de familia que no hallaron á quién encomendar igualmente estos encargos, sino que con toda au autoridad y nobléza (por tuyos atributos pareció conveniente escogerlos), les fué forzoso ocuparse en su oficio con los plebeyos? Juno, no obstante de haber sido elegida reina, hermana y mujer de Júpiter, es Interduca de los niños, y se ocupa en este ministerio con unas diosas bien humildes y desconocidas, como Abcona y Adcona: ¿dónde pusieron igualmente á la diosa Mente, cuyo empleo era imprimir en los tiernos niños buena mente o entendimiento? ¿Y por qué causa no la colocaron entre los dioses escogidos, siendo así que no hay