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seguida á bendeciros. Como ya no podré luchar, porque estoy muy quebrantado y muy viejo, dadme vosotros un niño para que herede el espíritu libre é indomable de su abuelo.
Anak Irog fuése á buscar á Bituin Lupa.
Pronto volvieron los dos amantes; pues, Bituin Lupa, sigilosamente, había seguido á los contendientes, presenciando toda la escena del desafío detrás de un cañaveral.
Los novios se arrodillaron delante del viejo guerrero, jurando presentarle un nieto, que llevara el espíritu libre é indomable del abuelo; y Ának Irog, cogiendo la flecha recién clavada en el suelo, terminó así:
— ¡Y sea esta la flecha que parta el corazón del nieto, que no sepa morir por la libertad de nuestro Pueblo!
FIN.