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gamos que este asunto hubiera caido en manos de un pesquisante policial. Nada tendría de extraño. Más entendido que nosotros dos en la constitucion de un plan, y con más recursos (se entiende que con todos los antecedentes reunidos por mí y en la misma forma) habría llegado más pronto al momento aquel de '¡Señorita Clara!' ¿Qué habría sucedido? A la Comisaría, y despues al Juez instructor, en seguida al Juez del crimen y á la Penitenciaria con ella. Una vez identificada en forma, gran escándalo social; mientras que ahora, todo pesa sin gallos y á media noche.»

—«Y entónces ¿cómo se vá á publicar su novela?»

—«Muy sencillamente: desfiguro los nombres, modifico los hechos, dejo la trama, y permito que cada cual le dé el nombre que quiera. Unos dirán que es novela, otros que es cuento, otros narracion, algunos pensaran que es una pesquisa oficial, muchos que es mentira, pocos que es verdad. Y así nadie sabrá á qué atenerse. Pero, si el pesquisante aquel se hubiera apoderado de Clara, ésta habría negado todo; se habría encerrado en el más absoluto silencio, porque la mujercita es de una pieza, y entónces no conoceríamos nada respecto de la planta que da el maravilloso veneno, destinado, pronto lo verá usted, á producir una revolucion en Terapéutica.»

—«Pero usted, antes de alejarse de ella, debió

pedirle un poco de su veneno.»