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CAPÍTULO XVII.

20 Y todas las islas desaparecieron, y no quedó rastro de montes.

21 Y cayó del cielo sobre los hombres granizo ó pedrisco del grandor como de un talento [1]; y los hombres blasfemaron de Dios por la plaga del pedrisco: plaga que fue en estremo grande.

CAPÍTULO XVII.
Descripcion de la gran ramera, esta es, de Babylonia, que se embriagó con la sangre de los mártires, y se vió sentada sobre la bestia de las siete cabezas y los diez cuernos.

1 Vino entónces uno de los siete ángeles, que tenian las siete tazas, y habló conmigo, diciendo: Ven, te mostraré la condenacion de la gran ramera, que tiene su asiento sobre muchas aguas,

2 con la cual se amancebaron los reyes de la tierra, y con el vino de su torpeza, ó idolatría y corrupcion de costumbres, están emborrachados los que hábitan la tierra [2].


  1. Es decir, de extraordinario peso. Véase Talento.
  2. Por esta ramera, que en el verso 5 es llamada Babylonia, no es cosa cierta lo que debe entenderse. Pero el mismo san Juan advierte que habla figuradamente, pues dice: Misterio: Babylonia la grande, etc. Y tambien en sentido figurado debe entenderse la voz ramera, (Véase v. 16 y 18) segun el uso de la Escritura, que á la idolatría la llama comunmente fornicacion ó adulterio; y del mismo