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LIBRO DEL APOCALYPSI.

cia: Hé aquí el tiempo de salvacion, de la potencia, y del reino de nuestro Dios, y del poder de su Christo, porque ha sido ya precipitado del cielo el acusador de nuestros hermanos, que los acusaba dia y noche ante la presencia de nuestro Dios [1].

11 Y ellos le vencieron por los méritos de la sangre del Cordero, y en virtud de la palabra de la fé que han confesado, y por la cual desamaron sus vidas hasta perderlas por obedecer á Dios.

12 Por tanto regocijáos ¡oh cielos, y los que en ellos morais! ¡Ay de la tierra, y del mar! porque el diablo bajó á vosotros arrojado del cielo, y está lleno de furor, sabiendo que le queda poco tiempo [2].

13 Viéndose pues el dragon precipitado del cielo á la tierra, fue persiguiendo á la muger, que habia parido aquel hijo varon:

14 á la muger empero se le dieron dos alas de águila muy grande, para volar al desierto á su sitio


  1. Job. I. v. 6, 9.—Job. II. v. 1, 2, 3.
  2. Para procurar la perdicion de los hombres. Dios arregla todos los sucesos por su voluntad y segun sus designios. Un terremoto ó una guerra que sirven á su justicia para castigar á los réprobos, sirven tambien á su misericordia para bien de los escogidos, ó para sacarlos del mundo antes que la malicia pueda pervertirlos. El reconocer la mano de Dios en las calamidades públicas es camino ácia la conversion á Dios. En tales tiempos hemos de rogarle que nos dé su gracia para sacar un bien de los mismos males.