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CAPÍTULO XII.

6 y la muger huyó al desierto, donde tenia un lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por espacio de mil doscientos y sesenta dias [1].

7 Entre tanto se trabó una batalla grande en el cielo: Miguel sus ángeles peleaban contra el dragon, y el dragon con sus ángeles lidiaba contra él;

8 pero estos fueron los mas débiles, y despues no quedó ya para ellos lugar ninguno en el cielo.

9 Así fue abatido aquel dragon descomunal, aquella antigua serpiente, que se llama diablo, y tambien Satanás, que anda engañando al orbe universo; y fue lanzado y arrojado á la tierra, y sus ángeles con él.

10 Entónces oi una voz sonora en el cielo, que de-


    dores que persiguieron la Iglesia, y los diez cuernos las diez persecuciones. Otros por el dragon entienden el demonio; por las estrellas los cristianos mas distinguidos, y por las siete cabezas, siete reyes, el último de los cuales es el Antechristo: y por los diez cuernos que tendrá la cabeza principal del dragon, diez reyes ó príncipes que dominarán la tierra al venir el Antechristo, el cual matará á tres de ellos, y con esto los otros siete se le someterán. Cap. XVII. v. 9, 12. Por el hijo varon entienden muchos á Jesu-Christo, á quien la Iglesia engendra, por decirlo así, ó forma en el corazon de los cristianos; y así viene á ser simbolo de la congregacion de aquellos cristianos que, robustos en la fé y caridad, condenarán á los impíos y rebeldes pecadores; y son como el cuerpo místico de que Jesu-Christo es la cabeza.

  1. Defenderá Dios al hijo y á la madre en aquellos tres años y medio.