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CAPÍTULO XI.

Señor y de su Christo, y destruido ya el pecado, reinará por los siglos de los siglos: Amen [1].

16 Aquí los veinte y cuatro ancianos, que están sentados en sus tronos en la presencia de Dios, se postraron sobre sus rostros, y adoraron á Dios, diciendo:

17 Gracias te tributamos ¡oh Señor Dios todopoderoso! á ti que eres, que eras ya antes, y que has de venir; porque hiciste alarde de tu gran poderío, y has entrado en posesion de tu reino [2].

18 Las naciones montaron en cólera [3]; mas sobrevino tu ira, y el tiempo de ser juzgados los muertos, y de dar el galardon á tus siervos los Profetas, y á los santos, y á los que temen tu nombre, chicos y grandes, y de acabar con los que han corrompido la tierra.

19 Entonces se abrió el Templo de Dios en el cielo, y fue vista el Arca de su testamento en su Templo [4], y se formaron rayos, y voces, y truenos, y terremoto, y pedrisco espantoso.


  1. I. Cor. XV. v.24
  2. Psalm. XCII. v.1
  3. Contra tí, y contra tus siervos.
  4. Esto es, la Humanidad gloriosa de Jesu-Christo.