cera parte; y así quedó privado el dia de la tercera parte de su luz, y lo mismo la noche.
13 Entonces miré, y oí la voz de una águila [1] que iba volando por medio del cielo, y diciendo á grandes gritos: ¡Ay, ay, ay de los moradores de la tierra, por causa del sonido de las trompetas que los otros tres ángeles han de tocar!
1 El quinto ángel tocó la trompeta; y ví una estrella del cielo [2] caida en la tierra, y diósele la llave del pozo del abismo.
2 Y abrió el pozo del abismo, y subió del pozo un humo semejante al de un grande horno: y con el humo de este pozo quedaron oscurecidos el sol y el aire;
3 y del humo del pozo salieron langostas [3] sobre la tierra, y dióseles poder, semejante al que tienen los escorpiones de la tierra:
4 y se les mandó no hiciesen daño a la yerba de