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CAPÍTULO II.

l3 recibiendo la paga de su iniquidad, ya que ponen su felicidad en pasar cada dia entre placeres; siendo la misma horrura y suciedad, regoldando deleites, mostrando su disolucion en los convites que celebran con vosotros,

14 como que tienen los ojos llenos de adulterio y de un continuo pecar. Ellos atraen con halagos las almas ligeras é inconstantes, teniendo el corazon ejercitado en todas las mañas que puede sugerir la avaricia; son hijos de maldicion;

15 han dejado el camino recto y se han descarriado, siguiendo la senda de Balaam hijo de Bosor, el cual codició el premio de la maldad;

16 mas tuvo quien reprendiese su sandez y mal designio: una muda bestia ó burra en que iba montado, hablando en voz humana, refrenó la necedad del Profeta [1].

17 Estos tales son fuentes [2], pero sin agua, y nieblas agitadas por torbellinos que se mueven á todas partes, para los cuales está reservado el abismo de las tinieblas.

18 Porque profiriendo discursos pomposos llenos de vanidad, atraen con el cebo de apetitos carnales de lujuria á los que poco antes habian huido de la compañía de los que profesan el error;

19 prometiéndoles libertad, cuando ellos mismos


  1. Num. XXII.—XXIII.—XXIV.
  2. Magnificas en la apariencia, pero secas.