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EPÍSTOLA PRIMERA
DEL APÓSTOL S. PEDRO.
CAPÍTULO PRIMERO.
Dar gracias á Dios por habernos llamado á la fé, y á la vida eterna, á la cual se llega por muchas tribulaciones. Exhorta á los fieles á la pureza de vida, acordándoles que han sido redimidas con la sangre de Jesu-Christo.

1 Pedro, apóstol de Jesu-Christo, á los judíos que viven fuera de su patria, dispersos por el Ponto, Galacia, Cappadocia, Asia menor y Bithinia,

2 elegidos segun la prevision ó predestinacion de Dios Padre, para ser sanrificados del Espíritu santo, y obedecer á Jesu-Christo, y ser rociados con su sangre [1]; muchos aumentos de gracia, y de paz.


  1. Aquí, como en otras partes de la Escritura, vemos atribuida al Padre la predestinacion, al Espíritu santo la santificacion, y al Hijo de Dios la redencion. Las aspersiones y purificaciones que se hacian en la Ley de Moysés, todas eran figura de la verdadera santidad y pureza que adquirimos por la sangre de Jesu-Christo.