pies [1]. ¿Qué especie de casa me habeis de edificar vosotros? dice el Señor; ó ¿cual podrá ser digno lugar de mi descanso?
50 ¿Por ventura no hizo mi mano todas estas cosas?
51 Hombres de dura cerviz, y de corazon y oido incircuncisos, vosotros resistís siempre al Espíritu santo: como fueron vuestros padres, así sois vosotros.
52 ¿A qué Profeta no persiguieron vuestros padres? Ellos son los que mataron á los que prenunciaban la venida del Justo, que vosotros acabais de entregar, y del cual habeis sido homicidas:
53 vosotros que recibisteis la Ley por ministerio de ángeles, y no la habeis guardado.
54 Al oir tales cosas, ardian en cólera sus corazones, y crujían los dientes contra él.
55 Mas Estéban estando lleno del Espíritu santo, y fijando los ojos en el cielo, vió la gloria de Dios, y á Jesus que estaba á la diestra de Dios. Y dijo: Estoy viendo ahora los cielos abiertos, y al Hijo del hombre sentado á la diestra de Dios.
56 Entónces clamando ellos con gran gritería, se taparon los oidos; y despues todos á una arremetieron contra él.
57 Y arrojándole fuera de la ciudad le apedrearon; y los testigos [2] depositaron sus vestidos á los pies de un mancebo, que se llamaba Saulo.
- ↑ I. Paral. XVII. v.12, 24.—Is. LXVI. v.1.
- ↑ Que segun la Ley debian tirar las primeras piedras. Deut. XVII. v.7.