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EPIST. I. DE S. PABLO A LOS CORINTHIOS.

16 Por lo demas, si tú alabas a Dios solamente con el espíritu [1], el que está en la clase del sencillo pueblo, ¿cómo ha de decir Amen, esto es, Así sea, al fin de tu accion de gracias? puesto que no entiende lo que tú dices:

17 no es que no sea buena tu accion de gracias, sino que no quedan por ella edificados los otros [2].

18 Yo doy gracias á mi Dios, de que hablo las lenguas de todos vosotros.

19 Pero en la Iglesia mas bien quiero hablar cinco palabras de modo que sea entendido, é instruya tambien á los otros, que diez mil palabras en lengua extraña.

20 Hermanos, no seais como niños en el uso de la razon [3], sed sí niños en la malicia; pero en la cordura hombres hechos.

21 En la Ley está escrito: Yo hablaré en otras


  1. O corazon, usando de una lengua que no se entiende.
  2. No se sigue de estos principios que los divinos oficios deban celebrarse precisamente en una, lengua que entiendan todos los particulares: lo que hoy dia, atendida la muchedumbre de lenguas y las frecuentes variaciones que en ellas se introducen, tendría muchos inconvenientes. Pero á lo ménos prueban, que no debe omitirse ninguna diligencia para poner á los fieles en estado de tomar parte en las oraciones públicas, ya sea explicándoselas de viva voz, ya sea poniendo en sus manos versiones fieles y exactas, que ilustren su entendimiento, y sostengan ó fomenten su atencion. Véase Conc. Trid. ses. XXII. c. 8.
  3. No seais como los niños, que admiran todo lo que les parece extraordinario, aunque nada entiendan.