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EPIST. I. DE S. PABLO A LOS CORINTHIOS.

4 todo hombre que ora ó que profetiza [1] teniendo la cabeza cubierta, deshonra su cabeza [2].

5 Al contrario muger que ora ó profetiza [3] con la cabeza descubierta, deshonra su cabeza; siendo lo mismo que si se rapase.

6 Por donde si una muger no se cubre con un velo la cabeza, que se la rape tambien. Que si es cosa fea á una muger el cortarse el pelo ó raparse, cubra por lo mismo su cabeza.

7 Lo cierto es que no debe el varon cubrir su cabeza, pues él es la imágen, y gloria de Dios [4]; mas la muger es la gloria del varon.

8 Que no fue el hombre formado de la hembra, sino al contrario la hembra del hombre.

9 Como ni tampoco fue el hombre criado para la hembra, sino la hembra para el hombre [5].

10 Por tanto debe la muger traer sobre la cabeza


  1. Véase Profeta.
  2. Pues es el velo una señal de aquella sujecion que es indigna del hombre, aunque propia de la muger. Véase Velo.
  3. Habia entónces mugeres que tenian el don de profecía, como las cuatro hijas del diácono Phelippe, Act. XXI. v.9; y habia ya habido muchas en el Antiguo Testamento, como Maria, hermana de Moysés, Débora, Ana, madre de Samuel, etc. Véase Profeta.
  4. El cual le dió el principado sobre las criaturas de la tierra.
  5. Gen. II. v.23.