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HECHOS DE LOS APÓSTOLES.

siempre á mi diestra, para que no experimente ningun trastorno:

26 por tanto se llenó de alegría mi corazon, y resonó mi lengua en voces de júbilo, y mi carne reposará en la esperanza.

27 Que no dejarás mi alma en el sepulcro [1], ni permitirás que el cuerpo de tu Santo experimente la corrupcion.

28 Me harás entrar otra vez en las sendas de la vida; y colmarme has de gozo con tu presencia.

29 Hermanos mios, permitidme que os diga con toda libertad y sin el menor recelo: el Patriarca David muerto está, y fue sepultado; y su sepulcro se conserva entre nosotros hasta el dia de hoy.

30 Pero como era Profeta, y sabia que Dios le habia prometido con juramento que uno de su descendencia se habia de sentar sobre su trono,

31 previendo la resurreccion de Christo, dijo, que ni fue detenido en el sepulcro, ni su carne padeció corrupcion.

32 Este Jesus es á quien Dios ha resucitado, de lo que todos nosotros somos testigos.

33 Elevado pues al cielo, sentado allí á la diestra de Dios, y habiendo recibido de su Padre la promesa ó potestad de enviar al Espíritu santo, le ha derramado hoy sobre nosotros del modo que estais viendo, y oyendo.


  1. Esto es, en poder de la muerte; o en el limbo, segun otros intérpretes. Véase Infierno, Alma.