bautismo, y que vivís va para Dios en Jesu-Christo Señor nuestro.
12 No reine pues el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que obedezcais á sus concupiscencias.
13 Ni tampoco abandoneis mas vuestros miembros al pecado para servir de instrumentos á la iniquidad; sino antes bien entregáos todos á Dios, como resucitados de muerte á vida, y ofreced á Dios Vuestros miembros para servir de instrumentos á la justicia ó virtud.
14 Porque el pecado no se enseñoreará ya de vosotros, si no quereis, pues no estais bajo el dominio de la Ley, sino de la gracia.
15 ¿Mas qué? ¿pecaremos, ya que no estamos sujetos á la Ley, sino a la gracia [1]? No lo permita Dios.
16 ¿No sabeis que si os ofreceis por esclavos de alguno para obedecer á su imperio, por el mismo hecho quedais esclavos de aquel á quien obedeceis, bien sea del pecado para recibir la muerte, bien sea de la obediencia á la fé para recibir la justicia ó vida del alma?
17 Pero, gracias á Dios, vosotros, aunque fuisteis siervos del pecado, habeis obedecido de corazon á la doctrina del Evangelio, segun cuyo modelo habeis sido formados de nuevo.
18 Con lo que libertados de la esclavitud del pe-
- ↑ ¿Abusarémos de la libertad que nos da esta, librándonas del yugo de aquella?