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HECHOS DE LOS APÓSTOLES.

observado tal conducta, que en la presencia de Dios nada me remuerde la conciencia.

2 En esto el príncipe de los sacerdotes Ananías mandó á sus ministros que le hiriesen en la boca.

3 Entónces le dijo Pablo: Herirte ha Dios a tí, pared blanqueada. ¿Tú estás sentado para juzgarme segun la Ley, y contra la Ley [1] mandas herirme?

4 Los circunstantes le dijeron: ¿Cómo maldices tú al Sumo sacerdote de Dios?

5 A esto respondió Pablo: Hermanos, no sabia que fuese el príncipe de los sacerdotes. Porque realmente escrito está [2]: No maldecirás al príncipe de tu pueblo.

6 Sabiendo empero Pablo que parte de los que asistían eran sadduceos, y parte Fariseos, exclamó en medio del synedrio: Hermanos mios, yo soy Fariseo, hijo de Fariseos, y por causa de mi esperanza de la resurreccion de los muertos es por lo que voy á ser condenado.

7 Desde que hubo proferido estas palabras, se suscitó discordia entre los Fariseos y sadduceos, y se dividió la asamblea en dos partidos.

8 Porque los sadduceos dicen que no hay resurreccion, ni ángel ni espíritu; cuando al contrario los Fariseos confiesan ambas cosas.

9 Así que, fue grande la gritería que se levantó. Y puestos en pié algunos Fariseos, porfiaban, diciendo: