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HECHOS DE LOS APÓSTOLES.

15 porque has de ser testigo suyo delante de todos los hombres, de las cosas que has visto y oido.

16 Ahora pues ¿qué te detienes? Levántate, bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre.

17 Sucedió despues que, volviendo yo á Jerusalem, y estando orando en el Templo, fuí arrebatado en éxtasis,

18 y le ví que me decia: Date prisa, y sal luego de Jerusalem, porque estos no recibirán el testimonio que les dieres de mí.

19 Señor, respondí yo; ellos saben que yo era el que andaba por las synagogas, metiendo en la cárcel, y maltratando á los que creian en tí;

20 y mientras se derramaba la sangre de tu testigo ó mártir Estéban, yo me hallaba presente, consintiendo en su muerte, y guardando la ropa de los que le mataban.

21 Pero el Señor me dijo: Anda, que yo te quiero enviar lejos de aquí ácia los gentiles.

22 Hasta esta palabra le estuvieron escuchando, mas aquí levantaron el grito diciendo: Quita del mundo á un tal hombre; que no es justo que viva.

23 Prosiguiendo ellos en sus alaridos, y echando de sí enfurecidos sus vestidos, y arrojando puñados de polvo al aire,

24 ordenó el tribuno que le metiesen en la fortaleza, y que azotándole le atormentasen, para descubrir por qué causa gritaban tanto contra él.

25 Ya que le hubieron atado con las correas, dijo Pablo al centurion que estaba presente: ¿Os es lícito