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CAPÍTULO XI.

nos rigorosamente tratadas en el dia del juicio, que vosotras.

23 Y tú, Capharnaum, ¿piensas acaso levantarte hasta el cielo? seras, sí, abatida hasta el infierno; porque, si en Sodoma se hubiesen hecho los milagros que en tí, Sodoma quizá subsistiera aun hoy dia.

24 Por eso te digo, que el pais de Sodoma en el dia del juicio será con ménos rigor que tú castigado.

25 Por aquel tiempo exclamó Jesus diciendo: Yo te glorifico, Padre mio, señor de cielo y tierra, porque has tenido encubiertas estas cosas á los sabios y prudentes del siglo y las has revelado los pequeñuelos.

26 Si, Padre mio, alabado seas, por haber sido de tu agrado que fuese así.

27Todas las cosas las ha puesto mi Padre en mis manos. Pero nadie conoce al Hijo, sino el Padre; ni conoce ninguno al Padre, sino el Hijo, y aquel á quien el Hijo habrá querido revelarlo.

28 Venid á mí todos los que andais agobiados con trabajos y cargas, que yo os aliviaré.

29 Tomad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazon; y hallaréis el reposo para vuestras almas.

30 Porque suave es mi yugo, y ligero el peso mio.