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SAN JUAN.

Dios para instruirnos; porque ninguno puede hacer los milagros que tu haces, á no tener á Dios consigo.

3 Respondióle Jesus: Pues en verdad, en verdad te digo, que quien no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios, ó tener parte en él.

4 Dícele Nicodemo: ¿Cómo puede nacer un hombre, siendo viejo? ¿puede acaso volver otra vez al seno de su madre para renacer?

5 En verdad, en verdad te digo, respondió Jesus, que quien no renaciere por el bautismo del agua, y la gracia del Espíritu santo, no puede entrar en el reino de Dios.

6 Lo que ha nacido de la carne, carne es; mas lo que ha nacido del espíritu, es espíritu ó espiritual.

7 Por tanto no extrañes que te haya dicho: Os es preciso nacer otra vez.

8 Pues el espíritu ó el aire sopla donde quiere; y tú oyes su sonido, mas no sabes de donde sale, ó á dónde va: eso mismo sucede al que nace del espíritu [1].

9 Preguntóle Nicodemo: ¿Cómo puede hacerse esto?

10 Respondióle Jesus: ¿Y tú eres maestro en Israel, y no entiendes estas cosas [2]?

11 En verdad, en verdad te digo, que nosotros no


  1. A la manera que el aire sopla por todas partes, y oyes su ruido; pero no sabes en qué lugar comienza, ni á dónde va á parar.
  2. Como si dijera: tú, siendo doctor y maestro, no sabes lo que dice David, Psal. L., Jeremías, XXXI. v. 31 y 33, Ezechiel, XI. v.19.—XXXVI. v.25. y Zachârias, XII.