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SAN LUCAS.

22 Bien es verdad que algunas mugeres de entre nosotros nos han sobresaltado, porque antes de ser de dia fueron al sepulcro,

23 y, no habiendo hallado su cuerpo, volvieron, diciendo habérseles aparecido unos ángeles, los cuales les han asegurado que está vivo.

24 Con eso algunos de los nuestros han ido al sepulcro, y hallado ser cierto lo que las mugeres dijeron; pero á Jesus no le han encontrado.

25 Entónces les dijo él: ¡Oh necios, y tardos de corazon para creer todo lo que anunciaron ya los Profetas!

26 Pues que, ¿por ventura no era conveniente que el Christo padeciese todas estas cosas, y entrase así en su gloria?

27 Y empezando por Moysés, y discurriendo por todos los Profetas, les interpretaba en todas las Escrituras los lugares que hablaban de él.

28 En esto llegaron cerca de la aldea á donde iban; y él hizo ademan de pasar adelante.

29 Mas le detuvieron por fuerza, diciendo: Quédate con nosotros, porque ya es tarde, y va ya el dia de caida. Entró pues con ellos.

30 Y estando juntos á la mesa, tomó el pan, y le bendijo, y habiéndole partido, se le dió.

31 Con lo cual se les abrieron los ojos, y le conocieron; mas él de repente desapareció de su vista.

32 Entónces se dijeron uno á otro: ¿No es verdad que sentíamos abrasarse nuestro corazon, mientras nos hablaba por el camino, y nos explicaba las Escrituras?