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CAPÍTULO XXII.

que no cantará hoy el gallo, antes que tú niegues tres veces haberme conocido. Díjoles despues:

35 En aquel tiempo en que os envié sin bolsillo, sin alforja, y sin zapatos [1], por ventura ¿os faltó alguna cosa?

36 Nada, respondieron ellos. Pues ahora, prosiguió Jesus, el que tiene bolsillo, llévele, y tambien alforja; y el que no tiene espada, venda su túnica, y cómprela [2].

37 Porque yo os digo, que es necesario que, se cumpla en mí todavia esto que está escrito [3]: Él ha sido contado y sentenciado entre los malhechores. Lo cual sucederá luego; pues las cosas que de mí fueron pronunciadas, están á punto de cumplirse.

38 Ellos salieron con decir: Señor, hé aquí dos espadas. Pero Jesus [4], cortando la conversacion, les respondió: Basta.

39 Salió pues Jesus, acabada la cena, y se fue segun costumbre ácia el Monte de los olivos para orar. Siguiéronle asimismo sus discípulos.

40 Y llegado que fue allí, les dijo: Orad para que no caigais en tentacion.

41 Y apartándose de ellos como la distancia de


  1. Matth. X. v.10.
  2. Locucion metafórica para avisarles que deben armarse con el escudo de la fé, y la espada de la palabra de Dios, porque van á entrar en grandes tribulaciones.
  3. Is. LIII. v.12.
  4. Viendo cuán materialmente entendian sus palabras.