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CAPÍTULO XIX.

los ojos le vió, y díjole: Zachêo [1], baja luego; porque conviene que yo me hospede hoy en tu casa.

6 Él bajó á toda priesa, y le recibió gozoso.

7 Todo el mundo al ver esto, murmuraba diciendo que se habia ido á hospedar en casa de un hombre de mala vida.

8 Mas Zachêo puesto en presencia del Señor, le dijo: Señor, desde ahora doy yo la mitad de mis bienes á los pobres; y si he defraudado en algo á alguno, le voy á restituir cuatro tantos mas.

9 Jesus le respondió: Ciertamente que el dia de hoy ha sido dia de salvacion para esta casa; pues que tambien este es hijo de la fé de Abraham.

10 Porque el Hijo del hombre ha venido á buscar, y á salvar lo que habia perecido.

11 Mientras escuchaban estas cosas los circunstantes, añadió una parábola, atento á que se hallaba vecino á Jerusalem, y las gentes creían que luego se habia de manifestar el reino de Dios.

12 Dijo pues: Un hombre de ilustre nacimiento marchóse á una region remota para recibir la investidura de el reino [2], y volver con ella.

13 Con cuyo motivo, convocados diez de sus criados,


  1. Llamóle Jesu-Christo por su nombre; con lo cual le manifestó que era el Mesías, pues que penetraba su interior devocion y afecto.
  2. Los judíos tenian sus reyes dependientes de los romanos, quienes los concedian como en feudo.