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CAPÍTULO X.

61 Y otro le dijo: Yo te seguiré, Señor; pero primero déjame ir á despedirme de mi casa.

62 Respondióle Jesus: Ninguno que despues de haber puesto su mano en el arado, vuelve los ojos atrás, es apto para el reino de Dios.

CAPÍTULO X.
Mision é instruccion de los setenta y dos discípulos. Ciudades impenitentes: parábola del samaritano: Martha y María hospedan á Jesus. (Matth. 9, 10,11, 13, 22. Marc 6, 12. Joann. 13.)

1 Despues de esto eligió el Señor otros setenta y dos discípulos, á los cuales envió delante de él, de dos en dos, por todas las ciudades, y lugares a donde habia de venir él mismo.

2 Y les decia: La mies á la verdad es mucha, mas los trabajadores pocos. Rogad pues al dueño de la mies que envie obreros á su mies.

3 Id vosotros: Hé aqui que yo os envío á predicar como corderos entre lobos.

4 No lleveis bolsillo, ni allorja, ni zapatos, ni os pareis á saludar [1] a nadie por el camino.


  1. La salutacion entre los orientales solia ir acompañada, mucho mas que entre nosotros, de inclinacion del cuerpo, de besos, abrazos, y varias preguntas sobre la salud de los amigos; y así esta frase es una locucion proverbial hiperbólica para denotar que no se detengan por el. camino, ó que no pierdan tiempo. Véase IV. Reg. IV. v.29.