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SAN LUCAS.

35 Y salió de la nube una voz que decia: Este es el Hijo mio querido, escuchadle.

36 Al oirse esta voz, se halló Jesus solo. Y ellos guardaron silencio, y á nadie dijeron por entónces nada de lo que habian visto.

37 Al dia siguiente, cuando bajaban del monte, les salió al camino gran multitud de gente;

38 y en medio de ella un hombre clamó, diciendo: Maestro, mira, te ruego, con ojos de piedad á mi hijo, que es el único que tengo;

39 y un espíritu maligno le toma, y de repente le hace dar alaridos, y le tira contra el suelo, y le agita con violentas convulsiones hasta hacerle arrojar espuma, y con dificultad se aparta de él despues de desgarrarle sus carnes:

40 he rogado á tus discípulos que le echen, mas no han podido.

41 Jesus entónces, tomando la palabra, dijo: ¡Oh generacion incrédula, y perversa! ¿hasta cuando he de estar con vosotros, y sufriros? Trae aquí á tu hijo.

42 Al acercarse, le tiró el demonio contra el suelo, y le maltrataba.

43 Pero Jesus, habiendo increpado al espíritu inmundo, curó al mozo, y volvióle á su padre.

44 Con lo que todos quedaban pasmados del gran poder de Dios que brillaba en Jesus; y mientras que todo el mundo no cesaba de admirar las cosas que hacia, él dijo á sus discípulos: Grabad en vuestro corazon lo que voy á deciros: El Hijo del hombre está para ser entregado en manos de los hombres.