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CAPÍTULO VI.

mismo no echas de ver la viga en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y despues podrás ver cómo has de sacar la mota del ojo de tu hermano.

43 Porque no es árbol bueno, el que da malos frutos, ni árbol malo el que da frutos buenos.

44 Pues cada árbol por su fruto se conoce. Que no se cogen higos de los espinos, ni de las zarzas racimos de uvas.

45 El hombre bueno del buen tesoro de su corazon saca cosas buenas; así como el mal hombre las saca malas del mal tesoro de su corazon. Porque de la abundancia del corazon habla la boca.

46 ¿Por qué pues me estais llamando, Señor, Señor; siendo así que no haceis lo que yo digo?

47 Quiero mostraros á quien es semejante cualquiera que viene á mí, y escucha mis palabras, y las practica:

48 es semejante á un hombre que fabricando una casa, cavó muy hondo, y puso los cimientos sobre peña viva: venida despues una inundacion, el rio descargó todo el golpe contra la casa, y no pudo derribarla, porque estaba fundada sobre peña.

49 Pero aquel que escucha mis palabras, y no las practica, es semejante á un hombre que fabricó su casa sobre tierra fofa sin poner cimiento: contra la cual descargó su ímpetu el rio, y luego cayó, y fue grande la ruina de aquella casa.