Página:La Sagrada Biblia (XIII).djvu/267

Esta página ha sido corregida
259
CAPÍTULO V.

15 Sin embargo su fama se extendia cada dia mas, por manera que los pueblos acudian en tropas a oirle, y á ser curados de sus enfermedades.

16 Mas no por eso dejaba él de retirarse á la soledad, y de hacer allí oracion.

17 Estaba Jesus un dia sentado enseñando, y estaban asimismo sentados allí varios Fariseos y doctores de la ley, que habian venido de todos los lugares de Galilea y de Judea, y de la ciudad de Jerusalem para espiarle; y la virtud del Señor se manifestaba en sanar á los enfermos.

18 Cuando hé aquí que llegan unos hombres que traian tendido en una camilla á un paralítico; y hacian diligencias por meterle dentro de la casa en que estaba Jesus, y ponérsele delante.

19 Y no hallando por donde introducirle á causa del gentío, subieron sobre el terrado [1], y abierto el techo, le descolgaron con la camilla al medio delante de Jesus.

20 El cual viendo su fé, dijo: ¡Oh hombre y tus pecados te son perdonados.

21 Entonces los Escribas y Fariseos empezaron á pensar mal, diciendo para consigo: ¿Quién es este, que así blasfema? ¿Quién puede perdonar pecados, sino solo Dios?

22 Mas Jesus, que conoció sus pensamientos,


  1. Por la escalera exterior de la casa, que subía hasta al terrado. Véase Tejado.