1 Y pasada la fiesta del sábado, María Magdalena, y María, madre de Santiago, y Salomé compraron aromas para ir a embalsamar a Jesus.
2 Y partiendo muy de madrugada el domingo ó primer dia de la semana, llegaron al sepulcro, salido ya el sol [1].
3 Y se decian una a otra: ¿Quién nos quitará la piedra de la entrada del sepulcro?
4 la cual realmente era muy grande. Mas echando la vista, repararon que la piedra estaba apartada.
5 Y entrando en el sepulcro ó cueva sepulcral, se hallaron con un jóven sentado al lado derecho, vestido de un blanco ropage, y se quedaron pasmadas.
6 Pero el les dijo: No teneis que asustaros: vosotras venis á buscar á Jesus nazareno, que fue crucificado: ya resucitó, no está aquí, mirad el lugar donde le pusieron.
7 Pero id, y decid a sus discípulos, y especial
- ↑ El aoristo griego ἀναΤείλαντος significa un tiempo no del todo perfecto; y así puede entenderse de los rayos del sol cuando va á salir. De suerte que podria traducirse: al salir del sol, ó saliendo el sol.