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CAPÍTULO XIV.

tierra; y suplicaba que, si ser pudiese, se alejase de él aquella hora.

36 ¡Oh Padre, Padre mio[1]! y decia, todas las cosas te son posibles, aparta de mí este cáliz; mas no sea lo que yo quiero, sino lo que tú.

37 Viene despues á los tres, y hallólos dormidos. Y dice á Pedro: ¿Simon [2], tú duermes? ¿aun no has podido velar una hora?

38 Velad y orad, para que no caigais en la tentacion. El espíritu á la verdad está pronto (es esforzado), pero la carne es flaca.

39 Fuése otra vez á orar, repitiendo las mismas palabras.

40 Y habiendo vuelto, los encontró de nuevo dormidos, (porque sus ojos estaban cargados de sueño) y no sabian qué responderle.

41 Al fin vino tercera vez, y les dijo: Ea, dormid y reposad.... Pero basta ya [3]: la hora es llegada; y ved aquí que el Hijo del hombre va á ser entregado en manos de los pecadores.


  1. Algunos creen que Abba, voz syríaca que significa Padre, designa aquí dignidad y honor, y Pater la naturaleza, de hijo. Otros opinan que Jesus solamente dijo Abba, y que san Márcos añadió la traduccion latina. Pero es mas probable que hizo la repeticion de una misma palabra para expresar mas afecto.
  2. Nótese que no le llama aquí Pedro, nombre que, denota firmeza, sino Simon.
  3. En el griego se lee ἀπέχει, sufficit, habet, peractum est, que son las frases que usan los autores latinos.