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CAPÍTULO XII.

muertos, ni los hombres tomarán mugeres, ni las mugeres maridos, sino que serán como los ángeles que están en los cielos.

26 Ahora sobre que los muertos hayan de resucitar, ¿no habeis leido en el libro de Moysés [1], cómo Dios hablando con el en la zarza, le dijo: Yo soy el Dios de Abraham, y el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob?

27 Y en verdad que Dios no es Dios de muertos, sino de vivos. Luego estais vosotros en un grande error.

28 Uno de los Escribas, que habia oido esta disputa, viendo lo bien que les habia respondido, se arrimó, y le preguntó, cuál era el primero de todos los mandamientos.

29 Y Jesus le respondió: El primero de todos los mandamientos es este: Escucha ¡oh Israél! el Señor Dios tuyo, es el solo Dios;

30 y así amarás al Señor Dios tuyo con todo tu corazon, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y con todas tus fuerzas [2]. Este es el mandamiento primero.

31 El segundo semejante al primero es [3]: Amarás tu prójimo como á tí mismo. No hay otro mandamiento que sea mayor que estos.

32 Y el Escriba le dijo: Maestro has dicho bien, y