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CAPÍTULO IX.

molino que mueve un asno, y le echáran al mar.

42 Que si tu mano te es ocasion de escándalo, córtala: mas te vale el entrar manco en la vida eterna, que tener dos manos, é ir al infierno, al fuego inextinguible,

43 en donde el gusano que les [1] roe, ó remuerde su conciencia, nunca muere, y el fuego que les quema, nunca se apaga [2].

44 Y si tu pié te es ocasion de pecado, córtale: mas te vale entrar cojo en la vida eterna, que tener dos pies y ser arrojado al infierno, al fuego inextinguible,

45 donde el gusano que les roe, nunca muere, y el fuego nunca se apaga.

46 Y si tu ojo te sirve de escándalo ó tropiezo, arráncale: mas te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que tener dos ojos y ser arrojado al fuego del infierno,

47 donde el gusano que les roe, nunca muere, ni el fuego jamás se apaga.

48 Porque la sal con que todos ellos, víctimas de la divina justicia, serán salados, es el fuego; así como todas las víctimas deben segun la Ley ser de sal rociadas [3].

49 La sal de suyo es buena; mas si la sal perdiere su sabor, ¿con qué la sazonaréis? Tened siem-


  1. Aquí se vé el relativo eorum sin antecedente expreso, el cual habria de ser damnatorum, ó illuc projectorum: idiotismo muy frecuente en la lengua griega.
  2. Jerem. LXVI. v. 24.
  3. Lev. II. v. 13. Véase Sal.