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SAN MÁRCOS.

36 Por cierto ¿de qué le servirá á un hombre el ganar el mundo entero, si pierde su alma?

37 Y una vez perdida, ¿por qué cambio podrá rescatarla?

38 Ello es que quien se avergonzare de mí y de mi doctrina, en medio de esta nacion adúltera y pecadora, igualmente se avergonzará de él el Hijo del hombre, cuando venga en la gloria de su Padre acompañado de los santos ángeles.

39 Y les añadió: En verdad os digo, que algunos de los que aquí están, no han de morir sin que vean la llegada del reino de Dios ó al Hijo del hombre en su magestad.

CAPÍTULO IX.
Trasfiguracion de Jesus, quien cura despues á un endemoniado mudo. Poder de la fé, de la oracion, y del ayuno. Instruye á sus discípulos en la humildad, y en los daños que acarrea el pecado de escándalo. (Matth. 5, 6, 10, 15, 17, 18. Luc. 9, 11, 14, 17. Joann. 6, 12.)

1 Seis dias despues tomó Jesus consigo a Pedro, y á Santiago, y á Juan; y condújolos solos á un elevado monte, en lugar apartado, y se trasfiguró en presencia de ellos.

2 De forma que sus vestidos aparecieron resplandecientes, y de un candor extremado como la nieve, tan blancos que no hay lavandero en el mundo que así pudiese blanquearlos.