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SAN MÁRCOS.

24 Sobre lo cual le decian los Fariseos: ¿Cómo es que hacen lo que no es lícito en sábado [1]?

25 Y él les respondió: ¿No habeis vosotros jamás leido lo que hizo David, en la necesidad en que se vió, cuando se halló acosado de la hambre, asi él como los que le acompañaban?

26 ¿Cómo entró en la Casa de Dios, en tiempo de Abiathar [2] príncipe de los sacerdotes, y comió los panes de la proposicion, de que no era lícito comer, sino á los sacerdotes, y dió de ellos á los que le acompañaban?

27 Y añadióles: El sábado se hizo para el bien de el hombre, y no el hombre para el sábado.

28 En fin, el Hijo del hombre aun del sábado es dueño.

CAPÍTULO III.
Jesus cura á un hombre que tenia la mano seca: es seguido de muchos pueblos: elige á los doce apóstoles, y responde con admirable mansedumbre á los dicterios y blasfemias de los Escribas. (Math. 6, 10, 12. Luc. 6, 8, 12.)

1 Otra vez en sábado entró Jesus en la synagoga,


  1. Aquí se vé que el que tiene un celo que no es segun ciencia, pensando defender la Ley, la combate y por seguir la letra de ella, contraría su espíritu. El orgullo nos mueve á hacernos jueces de todo, y nos hace propensos á condenar siempre las acciones del prójimo.
  2. O Abimelech.