vez, y diciendo: ¿A quién de los dos quereis que os suelte? respondieron ellos: A Barrabás.
22 Replicóles Pilato: ¿Pues que he de hacer de Jesus, llamado el Christo?
23 Dicen todos: Sea crucificado. Y el presidente: Pero ¿que mal ha hecho? Mas ellos comenzaron á gritar mas, diciendo: Sea crucificado.
24 Con lo que viendo Pilato que nada adelantaba, antes bien que cada vez crecía el tumulto, mandando traer agua, se lavó las manos á vista del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo: allá os lo veais vosotros.
25 A lo cual respondiendo todo el pueblo, dijo: Recaiga su sangre sobre nosotros, y sobre nuestros hijos.
26 Entonces les soltó á Barrabas: y á Jesus, despues de haberle hecho azotar, le entregó en sus manos para que fuese crucificado.
27 En seguida los soldados del presidente, cogiendo á Jesus y poniéndole en el pórtico del pretorio ó palacio de Pilato, juntaron alrededor de él la cohorte ó compañía toda entera;
28 y desnudándole, le cubrieron con un manto de grana [1];
29 y entretejiendo una corona de espinas, se la pusieron sobre la cabeza, y una caña por cetro en su mano derecha. Y con la rodilla hincada en tierra, le
- ↑ O una capa de color carmesí, á manera de púrpura real.