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ADVERTENCIA.

esto con todas las precauciones necesarias; y de aquí es que sus ministros y los fieles cristianos acostumbrados á no ver en este libro sagrado sino un sentido espiritual y alegórico, están bien libres de toda idea profana, contraria á la pureza y á la piedad [1].

Son muy débiles las objeciones que se han hecho contra la divinidad de este libro. Dícese que no se halla citado en el Nuevo Testamento,- ni se encuentra en él el nombre de Dios. Pero otros libros hay del Viejo Testamento que tampoco se hallan citados en el Nuevo; y si el nombre de Dios no se lee expresamente, es porque todo su objeto es el mismo Dios. Por lo mismo que no debe leerse este libro con ideas profanas, tampoco debe reprenderse á aquellos que se forman una leccion de piedad en cada capítulo de este libro. No nos le ha dado Dios para aumentar conocimientos de mera curiosidad, sino para excitarnos á la virtud. Así es como san Pablo nos dice que hemos de mirar las sagradas Escrituras.


  1. Bibl. d'Avignon, tom. VIII. p. 399.