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capítulo ii.

sea que queden postrados á los pies de sus enemigos.

43 Os lo dije y no lilcísteis caso ; sino que oponiéndoos al mandamiento del Señor , é hinchados de soberbia subísteis al monte.

44 Entonces habiendo salido á vuestro encuentro el amorrheo , que habitaba en las montañas , os persiguió , como suelen perseguir las abejas al que las inquieta ; y os fue acuchillando desde Seir hasta Horma.

45 Y por mas que llorásteis á la vuelta en presencia del Señor, no quiso escucharos, ni condescender con vuestros ruegos.

46 Por eso estuvísteis de asiento por mucho tiempo en Cadesbarne.

CAPÍTULO II.


Continúa Moysés su plática refiriendo los beneficios hechos por Dios al pueblo de Israel, hasta la conquista del reino de Sehon.


1 Partidos de aquí, fuimos al desierto que guia al mar Rojo , como el Señor me habia dicho ; y anduvimos largo timpo [1] rodeando las montañas de Seir.

2 Y me dijo el Señor :


  1. Tal vez el Rey de Edom, movido de los prodigios que obraba el Señor á favor del pueblo de Israél, le concedió el paso por los confines de su reino, que antes le negara. (Num. XX. v. 21.)