tada furia se desarrollaron en el término de un día. Tú, Tito, que has visto muchas y grandes cosas y de ellas escribes, reconocerás que España no ha visto un trozo de Historia condensada como este nacimiento de nuestro Cantón...
»Y para que las ansias y triunfos de aquel inolvidable día 12 remataran de un modo espléndido, a las cuatro de la tarde tuvimos la entrada de Antonio Gálvez en Cartagena. No puedes tener idea del entusiasmo loco con que le recibimos. Su fama de valentía, sus proezas como rebelde indomable, su carácter rudo, entero, su misma figura de luchador salvaje, hacían de él un hombre de leyenda, o una leyenda humanizada. Del tren le sacamos en vilo, algunos amigos le metieron en una carretela, y al llegar a la calle Mayor tuvo que descender, porque los caballos no podían romper por entre la multitud... Parte a pie, entre abrazos y empujones, parte en hombros, llegó al Ayuntamiento, desde cuya balconada saludó al pueblo y al Cantón de Cartagena, con frases de noble y bárbara elocuencia».
XIX
Así terminó Fructuoso Manrique su fragmento de Historia condensada. Yo no me cansé de oírle; él se fatigó de hablar, pues no he referido más que una síntesis de lo que me dio